Monedas digitales del banco central

La mayoría de los bancos centrales del mundo ahora están analizando con bastante intensidad la posibilidad de introducir sus propias monedas digitales. Están respondiendo tanto al creciente interés en las criptomonedas como al potencial decreciente de los estímulos monetarios actuales.

¿Qué significan las siglas ‘CBDC’?

¿Y qué significaría para el sistema financiero el surgimiento de una alternativa al efectivo y al dinero electrónico actuales?

Para comprender la importancia de las Monedas Digitales del Banco Central – por sus siglas en inglés CBDC – primero debemos comprender cómo funciona el dinero en la actualidad. Este puede mantenerse en efectivo, lo que representa un pasivo para el banco central. La otra opción, ahora más comúnmente utilizada, es el dinero electrónico en forma de depósitos bancarios, que luego es un pasivo de un banco comercial específico.

Si se introdujeran monedas digitales del banco central (es decir, las CBDC), existiría la posibilidad de mantener el dinero que es un pasivo del banco central en forma electrónica. Esto eliminaría el riesgo de la contraparte (el banco comercial) que existe con el dinero electrónico actual. Sin embargo, las monedas digitales del banco central serían totalmente convertibles en otros tipos de dinero en una proporción de 1:1 y, por lo tanto, serían una alternativa al efectivo o los depósitos bancarios desde la perspectiva del usuario.

Los principales beneficios de las CBDC que promocionan los bancos centrales incluyen la aceleración de los pagos de una manera más económica y un sistema financiero más sólido. Sin embargo, un usuario normal no percibiría ninguna mejora significativa. Más bien, la introducción de monedas digitales desataría las manos de los bancos centrales en el área de la política monetaria, y más aún si el efectivo, que actualmente es lo más parecido a CBDC, fuera eliminado con el tiempo.

Los bancos centrales estarían entonces en una posición mucho mejor para administrar el volumen de la oferta monetaria en la economía, algo que ahora solo controlan indirectamente. También podría eliminar la restricción sobre las tasas de interés negativas, actualmente impedida por la alternativa de tener dinero en efectivo. La CBDC también abriría la posibilidad de introducir una política monetaria de helicóptero, es decir, distribuir estímulos monetarios a la población directamente desde el bolsillo del banco central.

Las transacciones realizadas a través de las monedas digitales del banco central serían altamente rastreables, lo que dificultaría la evasión de impuestos y el lavado de dinero. El regulador podría incluso determinar el propósito para el cual se utilizarán los fondos, y dicho dinero podría incluso tener una opción de validez de tiempo limitado. Esto evitaría una situación como la de Estados Unidos, cuando muchos receptores de cheques de estímulo no gastaron el dinero sino que lo ahorraron o lo invirtieron en los mercados de capitales. Además, los banqueros centrales podrían orientar el apoyo a personas específicas y penalizar a ciertos grupos con tasas negativas.

Dado todo esto, no sorprenderá que, dentro de las potencias mundiales, China sea actualmente el país más cercano a la posibilidad de introducir CBDC, e incluso se habla de reemplazar completamente el efectivo con un yuan digital. El sueño del Gran Hermano de rastrear todas las transacciones monetarias en la economía puede hacerse realidad.

El banco central de Suecia también participa activamente en este tema, ya que ha visto una disminución constante en el volumen de transacciones en efectivo en la economía durante mucho tiempo.